¿Que cubre el seguro de responsabilidad civil?

¿Que cubre el seguro de responsabilidad civil?
La responsabilidad civil (RC) te cubre cuando causas un daño a un tercero y este te reclama una indemnización. Aquí vamos a lo esencial: qué cubre, con ejemplos para entenderlo mejor.
¿Para que sirve el seguro de responsabilidad civil?
El seguro de responsabilidad civil (RC) sirve para protegerte cuando causas un daño a un tercero y este te reclama una indemnización. De forma general, evita que un incidente, incluso involuntario, tenga un impacto económico importante sobre tu patrimonio o tu negocio.
En el ámbito profesional, la RC cubre la obligación de indemnizar a terceros por daños derivados de tu actividad (errores, negligencias, daños materiales, corporales o pérdidas económicas consecuenciales). Es una herramienta clave para proteger la tesorería y la continuidad de cualquier actividad empresarial.
¿Es obligatorio?
- De manera general, la responsabilidad civil puede ser obligatoria en ciertos contextos, por ejemplo para acceder a un espacio, celebrar un contrato o cumplir una exigencia legal específica, como ocurre con el seguro obligatorio de automóvil o con la RC para cazadores.
- En el ámbito profesional, la obligatoriedad depende del sector y de la normativa aplicable. Algunas actividades deben disponer de RC para poder operar o contratar, por ejemplo las agencias de viajes según la normativa de viajes combinados, y también puede exigirse para obtener licencias, por parte de colegios profesionales, en licitaciones o por determinados clientes.
¿Qué daños cubre el seguro de responsabilidad civil?
Según el tipo de seguro contratado y las condiciones de la póliza, los daños cubiertos pueden variar. Aun así, estos son los principales tipos de daños que la RC puede cubrir:
- Daños materiales: daños físicos causados a los bienes de un tercero (rotura, deterioro o destrucción de objetos, equipos, instalaciones o partes de un inmueble).
- Daños personales: lesiones o daños a la salud de una persona y sus consecuencias directas (por ejemplo, gastos médicos o baja), cuando exista responsabilidad frente a un tercero.
- Perjuicios consecuenciales (pérdidas económicas de terceros): pérdidas económicas sufridas por un tercero como resultado de un hecho imputable al asegurado, normalmente como consecuencia directa de un daño material o personal cubierto (paralización de actividad, gastos adicionales, pérdida de ingresos derivada del daño).
Aunque estos son los tipos de daños que un seguro de RC puede cubrir, cada póliza organiza sus garantías de forma diferente. Por eso, además de entender qué daños se cubren, es importante saber qué coberturas incluye tu seguro, ya que determinan cómo y en qué situaciones se aplicará la protección.
¿Qué cubre un seguro de responsabilidad civil?
Un seguro de RC no es “uno para todo”: se adapta a tu actividad y a dónde está tu riesgo. ¿Qué cubre un seguro de responsabilidad civil en una empresa? Las pólizas pueden incluir distintas garantías, entre ellas:
- Responsabilidad civil profesional: cubre daños a terceros causados por errores, negligencias u omisiones en la actividad profesional.
- Responsabilidad civil de explotación: cubre daños a terceros durante el funcionamiento normal de la actividad (local, intervenciones, desplazamientos…).
- Responsabilidad civil del empleador: cubre indemnizaciones por daños corporales a empleados en accidentes laborales cuando existe responsabilidad.
- Responsabilidad civil después de la entrega: cubre daños provocados por productos entregados o trabajos ya finalizados y fuera de tu control.
- Responsabilidad civil subsidiaria de contratistas o subcontratistas: cubre daños causados por terceros que trabajan para ti, siempre que mantengas tu derecho de repetición y dispongan de su propio seguro.
- Responsabilidad civil por contaminación accidental: cubre daños por contaminación accidental con origen súbito o discontinuo y conforme a la normativa ambiental.
- Responsabilidad civil cruzada: cubre daños corporales entre personas aseguradas en la misma póliza (empleados, contratistas incluidos…).
💡 Estas son algunas de las coberturas más habituales, pero un seguro de responsabilidad civil puede incluir otras garantías adicionales según la actividad, el nivel de riesgo o las exigencias legales o contractuales. Lo fundamental es elegir una póliza que se adapte realmente a tus necesidades.
Si tienes dudas sobre qué coberturas incluir, consulta a un asesor de seguros: podrá orientarte y ayudarte a configurar la protección adecuada para tu actividad.

